A partir de aproximadamente los 18 meses comienzan una etapa emocional de difícil manejo ya que se enfrentan a sus necesidades de dependencia con su deseo de independencia y autonomía. Es en este momento donde el niño conoce el sentimiento de frustración generando un conflicto en sus actitudes.

Los objetivos fundamentales para esta etapa son: estimular los sentidos (mediante la experimentación y manipulación de objetos), desarrollar la autonomía (mediante el control progresivo de su propio cuerpo), desarrollar la motricidad (mediante juegos y actividades tanto para estimular la motricidad fina como la gruesa), desarrollar el lenguaje como medio de communicación (mediante el aprendizaje de vocabulario nuevo y con la audición de canciones y cuentos), introducir el inglés (mediante la audición de canciones y el uso de flashcards).